y a veces cálida, me llena la mente
de pasados melodramáticos y otros de comedia.
Pasados que los abrazo,
que me hacen sonreírles y que me hacen llorar.
Que aunque no los toco,
los siento ahí, presentes.
La soledad, a veces protectora
y a veces fría, me libera
de momentos tormentosos.
Me sabe tranquilizar con su silencio.
La soledad, la que sabe ser malvada
y protectora a la vez, según cómo la trates,